No necesito tu respuesta, no la espero. Simplemente la enviaré sobre tu muro, esperando la recibas, si no con beneplácito, sí con un poco de atención indiferente. Me da igual. Por lo que fuimos, por cuanto soy, por lo que somos. Dejo a tus pies una estrella, testimonio del brillo que me diste en tiempos oscuros; un tulipán, marca que dejaste en el vasto jardín de mi alegría. Lo demás, la espina, el puño, la tormenta, los dejé atrás, muy atrás, allí donde el tiempo se marchita y muere para no volver jamás. ~JP
¿A dónde ir cuando no quedan islas para naufragar?