Ir al contenido principal

Te encontré anoche, desprevenida.
Dormías acurrucada bajo una mirada fugaz.
¿Pero, dormías?
El que dormía era yo,
ignorante de la sensación tibia,
de recién nacido que hay entre tus labios.
Ahora busco en cada mirada,
esperando despertar dentro de tu sueño.

Comentarios

protaro dijo…
vaya... ya se extrañaba...

no abandones tanto este espacio

saludos y suerte por alla.
montt dijo…
Cómo saber si uno está soñando o es uno el sueño de alguien? Por eso pellisco a todos los que se me cruzan por delante.

Un abrazo.

Montt.
Gina Nordbrandt dijo…
Qué hermosas letras! me arrancaron el corazón... me gustó, m gustó =)
...esperando despertar dentro de tu sueño...
=^^=
Qué lindo, ay Yan, se te echaba tanto, tantísimo, de menos...
Te Quiero.
Besos de azucar!

Entradas más populares de este blog

No

René Magritte, Nostalgia del hogar No te extraño a ti no extraño la sombra que dibuja tu contorno la voz la música el abrazo tu suave figura entre mis brazos y el olor de tu pelo musgo de luna sombra orquídea pero no no te extraño a ti
Despacio, Alberto fué quitándole una a una las prendas. Una hilera de luces tenues color ámbar iluminaba el lugar, ahora oculto a las miradas de la gente, mientras aquella silueta iba quedando despojada de sus ropas. Sus manos, diligentes, desabrochaban con cuidado los botones de la blusa uno a uno hasta dejar a la vista aquella piel de tono perfecto. Cuando hubo terminado con la última prenda, retrocedió unos pasos y contempló en silencio el resultado. Cerró los ojos y barajó la infinidad de posibilidades que ahora se mostraban frente a él, sin saber por dónde comenzar. Finalmente abrió los ojos, suspiró y, sonriendo, avanzó hacia ella... -¡Alberto, carajo! Si no terminas de una vez de vestir a ese maldito maniquí te voy a dejar encerrado en la tienda y a ver quién te saca.