Ir al contenido principal
No sé sobre qué horizonte vuelas hoy
ni quién se refleja en tus pupilas
o si la luna en calma ilumina tu sueño.

Te fuiste.

Huiste lejos de ti, de mí, de todos...
¿En busca de qué?
¿de quién?
¿a dónde?
Diste vuelta a tu recuerdo
y hoy no sé más de ti
que de mi sombra al mediodía.

Comentarios

PoesisT dijo…
Buenas noches! Hace ya tiempo que no hablamos mi querido Jean Paul, la última vez, aún era menor :P ah jaja que chiflada. Bueno, solo quería saludarte y mandarte mi buena vibra! Recuerda a las estrellas y que te quiero mucho! Y tú fresco que ya sabes, que la luz nos guía a todos y cada quién tiene su luz, no te preocupes.

Sinceramente,
P.T
^.~
Gina Nordbrandt dijo…
Hola Yan, da gusto pasar por aquí y leert... aunque tristeza se refleja en tus palabras, tantas vcs me he preguntado lo mismo.
Gracias x existir en mi vida.
Te echo de menos.
Besos de caramelo y abrazos de chocolate.
TQ!!!! =)
Gina Nordbrandt dijo…
Hola mi niño de chocolate, se extrañan tus letras, me alegra encontrarte nuevamente por los rincones virtuales.
Gracias x todo tu apoyo.
TQMMMMMMMMMMMM=)
Anónimo dijo…
Octubre... Noviembre... uy. El frente nacional en pro de la actualización de los buenos blogs le pide lo más cordialmente posible que usté actualice este espacio. Muchísimas gracias.

Saludos al/la felino.

Entradas más populares de este blog

Te encontré anoche, desprevenida. Dormías acurrucada bajo una mirada fugaz. ¿Pero, dormías? El que dormía era yo, ignorante de la sensación tibia, de recién nacido que hay entre tus labios. Ahora busco en cada mirada, esperando despertar dentro de tu sueño.

No

René Magritte, Nostalgia del hogar No te extraño a ti no extraño la sombra que dibuja tu contorno la voz la música el abrazo tu suave figura entre mis brazos y el olor de tu pelo musgo de luna sombra orquídea pero no no te extraño a ti

Fantasmas

De vez en cuando, desde algún rincón oscuro de la memoria, nos asalta una idea, un dejo de otros tiempos que nos recuerda, así sea por apenas un segundo, lo que fuimos. Y entonces, como movidos por un impulso leve, casi apenas perceptible, nos inclinamos a recoger ese trozo de memoria en sepia en el que un rostro, un gesto, o un lugar nos transporta a otro tiempo, a otro yo que fue sin dejar de ser del todo. He aquí mis letras desteñidas por casi cinco años. Lejos de borrarlas, he decidido mantenerlas y aumentarlas para mí (quien sabe con qué fin). Si acaso las lees, ya elegirás qué hacer con ellas...