Ir al contenido principal

Harto de revivir a cada instante

las caricias de tus manos manos agua

te exorciso de mi mente y me sorprendo

invocándote después sobre mi almohada


Con el humo del incienso mirra y oro

te hice ofrenda de mis venas los rosales

florecieron nomeolvides en cada cortina

donde se posaban las negras alas de tus cejas


Te busco a cada instante y no me encuentro

se me han perdido los ojos bajo la tarde

dígame usted si les ha visto lloran en tinta

líneas que nunca riman más que sangre


Palpitas bajo mis sábanas cada noche

rumoreas gotas de sudor alquitranadas

quise atrapar tus labios se me escaparon

huyeron disfrazados de despedidas inolvidables


-JP

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Te encontré anoche, desprevenida. Dormías acurrucada bajo una mirada fugaz. ¿Pero, dormías? El que dormía era yo, ignorante de la sensación tibia, de recién nacido que hay entre tus labios. Ahora busco en cada mirada, esperando despertar dentro de tu sueño.

No

René Magritte, Nostalgia del hogar No te extraño a ti no extraño la sombra que dibuja tu contorno la voz la música el abrazo tu suave figura entre mis brazos y el olor de tu pelo musgo de luna sombra orquídea pero no no te extraño a ti

Fantasmas

De vez en cuando, desde algún rincón oscuro de la memoria, nos asalta una idea, un dejo de otros tiempos que nos recuerda, así sea por apenas un segundo, lo que fuimos. Y entonces, como movidos por un impulso leve, casi apenas perceptible, nos inclinamos a recoger ese trozo de memoria en sepia en el que un rostro, un gesto, o un lugar nos transporta a otro tiempo, a otro yo que fue sin dejar de ser del todo. He aquí mis letras desteñidas por casi cinco años. Lejos de borrarlas, he decidido mantenerlas y aumentarlas para mí (quien sabe con qué fin). Si acaso las lees, ya elegirás qué hacer con ellas...