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Ínfima porción de tu aliento soy, Señor;
humilde diente de león que en un instante
en blancas esperanzas deshiciera
el soplo más adverso de los vientos.

Mas no...

Heme aquí, erguido, vivo, escribiente,
atestiguando el diario milagro de la noche,
de los grillos, la luna y las palabras
que de a gotas surgen por mis dedos.

Gracias.

~Jean

Comentarios

Anónimo dijo…
Gotas de beneplácito para los que te leemos.:)
Saludos!
Gina Nordbrandt dijo…
Y me da gusto hallarte escribiente, vivo, de pie, a pesar de que los vientos soplen y te quieran derribar.
Porque el Jean Paul vivo, escribiente, luchador, es el Yan que yo conozco!

Te Quiero Mucho.

Nunca lo dudes, nunca lo olvides, te debo tantas cosas... en verdad.

=)
Anónimo dijo…
Después de leer esto, no puedo más que suspirar profundamente... Te recuerdo mucho, es una maravilla la sensibilidad que puede haber en las personas y que lo puedas transmitir tan bien, me encanta. Recibid un abrazo de mi parte. ¡Te quiero Jean Paul!

Sinceramente,
You-know-who

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